martes, 30 de diciembre de 2014

Me deseo pinceles


Apenas me di cuenta  que se acababa el año.  
Más  allá de los preparativos navideños, los cierres y cenas de fin de año y la llegada de la familia grande y amigos que viven en el exterior, este diciembre intenté no correr adentro mío, ni dejarme acechar por la velocidad circundante.

Habiendo vivido  fines de años cargados de tristezas y pérdidas, donde atravesarlos era lo poco - o lo mucho -  que se podía hacer;  2014 se fue apagando sereno gracias a una pequeña dosis de estabilidad consciente y amorosamente trabajada.  

Transitando la mitad de mi vida, me alcanzan algunas experiencias vividas para reconocer que cualquier estabilidad es frágil. 
Y también me sobran vivencias para tener la certeza que puedo navegar esa vulnerabilidad en la medida en que logre fortalecer a mi Carolina más íntima.

En plan de reconocer que los cambios existen y que arrasan si no encuentran suficiente flexibilidad y adaptabilidad de nuestra parte, formulo mi deseo para el  2015: me deseo pinceles.

Sí pinceles, muchos pinceles.
Me deseo pinceles que me ayuden a pintarme por dentro para lucir una mejor versión de mí: más humana y creativa, mejor mujer y madre.

Me deseo pinceles delicados que afinen mis sentidos y mi intuición, que me conecten con mi creatividad e inteligencia emocional para desarrollarme en mis experiencias personales, laborales y artísticas.

Me deseo pinceles de brocha gorda, que me permitan pinceladas rápidas y cargadas en trabajo con otros y para otros.  Mi pincel junto a más pinceles.

Me deseo pinceles prolijos, de  suaves y sedosas  cerdas. También  me deseo pinceles despeinados, despreocupados y desalineados.

Y junto a mis pinceles que sigan llegando los colores que me habiliten a seguir haciendo, sin ahorrar experiencias,  animándome a las mil y tantas tonalidades de la vida propia y la vida compartida.

Pinceles, colores y espacios.

Sí, me deseo espacios donde actuar con mis colores y mis pinceles.

Seguiré trabajando por mis espacios propios y aquellos espacios de vida en pareja y vida en familia que son mi verdadera vocación.

Seguiré explorando  espacios de trabajo en proyectos con tantos colegas valiosos.

Seguiré liberando espacios en el arte, aprendido nuevas formas de expresarme y compartirme. 

Seguiré ahondando en mi espiritualidad y mi fe.  

Me deseo desear.
Me deseo amar.
Me deseo crear.
Me deseo creer.
Me deseo ser libre.

¡Pinceles para mi 2015!


Y vos ¿Qué te deseas para este nuevo año?